Piquio Escuela infantil Pozuelo

Miedo a la oscuridad.

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El miedo a la oscuridad es uno de esos primeros miedos que aparecen cuando nuestro hijos dse hacen mayores.

Lo más importante es empatizar con el miedo del pequeño. Por lo que lo mejor que hay que hacer es ayudarle poco a poco a que entienda que no pasa nada. Pocas veces este miedo se convierte en fobia, pero para que no suceda tenemos que acompañar tanto en este miedo como en futuros, al niño para que lo supere.

Suele surgir a partir de los 18 meses de vida. Muchas veces, los pequeños lo utilizan como excusa para no ir a dormir, o para ir a dormir a la cama de los padres, pero muchas otras veces es un miedo real, con el que tenemos que ayudar a nuestros hijos a superarlo. Os dejamos unos trucos para hacerlo más fácil.

1. Enseñar que estamos seguros.

Lo más normal es tener miedo a lo que no se ve, de aquello que no estamos seguros. Mostremos al niño que no hay nada antes de acostarnos. O que ese ruido que asusta, encontrarlo y darle una explicación. Reforzamos un posible miedo en una sensación de tranquilidad. No hay que buscar monstruos, hay que ver que con la luz encendida o apagada, lo que hay a nuestro alrededor, son nuestras cosas.

2. Esa gran amiga nuestra: La rutina.

Como siempre decimos, las rutinas dan a los niños seguridad. Después del baño, cenamos, luego descansamos un poco, un baso de leche, los dientes y a dormir. Por ejemplo, esta rutina transmite tranquilidad y ayuda a reducir el temor a la oscuridad y otros miedos. Si añadimos una rutina tan maravillosa como leer un cuento, hará que se relaje y concilie mejor el sueño.

3. El nivel de excitación bajo antes de dormir.

La televisión, o dibujos muy activos hacen que a la hora de acostarse estén nerviosos. Mejor tranquilidad y sosiego.

4. Dejar encendida una luz tenue.

¿Por qué no?. Tener una punto de referencia de luz no es malo y tampoco acostumbramos mal. Hay muchos componentes que aportan una luz mínima, imperceptible que dan seguridad. Os imagináis en un vuelo completamente a oscuras en la cabina… terror. Esas pequeñas luces que enciende el piloto es porque transmiten tranquilidad (aparte de no estamparnos cuando vamos al baño en pleno vuelo). Os dejamos algunos ejemplos estupendos que se pueden encontrar en amazon.com por ejemplo aquí o aquí.

(Además a media noche si nos llaman, esta luz nos ayudará a no chocarnos con las cosas).

5. Encender la luz principal no es buena idea.

El niño se activará otra vez, y mirara a un lado y a otro buscando esos monstruos que no existen. Hay que tranquilizarle sin salir del estado normal de la habitación.

6. Los monstruos no son malos, son nuestros amigos.

Los monstruos no existen, pero de existir serían nuestros amigos. Genial la película de Pixar Monstruos S.A. Donde la película va exactamente de esto, el problema a la oscuridad. Efectivamente los monstruos son gente divertida. Juguemos. Libros como El monstruo de los sentimientos. Tienen que entender que lo desconocido, lo que no vemos, no tiene porque ser malo. Esto nos ayudará para el problema de la luz y para muchos otros problemas que se presentarán en un futuro.

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