Durante los últimos años hemos realizado excursiones a granjas para poder ver a los animales. Este año con el fin de evitar desplazamientos a los niños, hemos decidido dar un paso más allá y ¡Traer la granja a Piquio!.
La experiencia fue sencillamente genial. Todo nuestro jardín se convirtió en una auténtica granja con todos sus animales, sus sacos de paja, jaulas y bebederos.
El contacto con el concepto de Granja y sus animales se concibe como una visita directa con el medio natural y rural.
Estos primeros contactos con el medio potencian el fin pedagógico y educativo en el desarrollo global del niño como persona a partir de sus propias experiencias.
Gracias a haber traído la granja a la escuela, los niños pudieron disfrutar mucho más de los animales.
Pudimos ver que animales eran grandes y cuales pequeños. Cuales eran suaves. Cual pinchaba como el erizo, o cual era suave y glotón como los conejos o las ovejas.
Los mayores se asustaron al ver a la tortuga de 30 años comerse una pera a mordiscos. O ver como se algunos animales se protegen con sus pinchos como el erizo.
La pareja de ocas estaban con sus pequeños polluelos, y las gallinas con sus huevos.
Les pareció curioso que rápido comían las zanahorias. O lo alto que canta el gallo para despertarnos.
La mañana pasó muy rápido, y tras la experiencia, comimos y en la siesta soñamos con los animales que acabábamos de ver.