Muchas son las razones educativas que hacen que los juegos tradicionales sean muy importantes para nuestros hijos.
La primera, es que que los juegos tradicionales son grupales con lo que conseguimos fomentar el trato entre los niños, la complicidad y la diversión en grupo.
La creatividad en estos juegos también tiene un aparte importante en el desarrollo infantil.
A través de los juegos tradicionales podemos transmitir valores tradicionales, familiares y una forma de vida más allá de la tecnología.
Gracias a la gran cantidad de juegos que hay, conseguiremos desarrollar aspectos físicos como con juegos de la rayuela. La memorización y compresión con juegos como la oca o el ajedrez y la competitividad como el parchís, el escondite o los juegos de cuerdas.
Para ir preparándolos, iremos poniendo aquí algunos de los juegos tradicionales, su importancia para los pequeños y su historia.
La oca.
Las primeras referencias son de ¡¡1880!! Y el tablero más antiguo es este que adjuntamos. Hay varias versiones de su origen que van desde los griegos y su asedio a Troya, a la Florencia de los Médici (Foto Wikipedia).
En Piquio, jugaremos adaptando el juego a los mas pequeños. Para ello, daremos importancia a dos aspectos, las emociones y los números.
La expresión de emociones. Alegría por jugar o por caer en la casilla del puente, sorpresa cuando caes en la casilla con un dibujo. Tristeza porque retrocedes una casilla. Miedo porque puedes caer en la casilla de retroceso… Así los niños expresan y ven expresiones en sus compañeros fomentando la empatía por el otro.
Por otro lado, la acción de tirar el dado cobra mucha importancia. Estos primeros contactos con los números y su uso diario. El contar cada una de las casillas y repetir la acción durante el juego, fomentará la memoria de los números y sus formas.
¡A jugar!