Cambios, novedades, amigos nuevos, rutinas nuevas; todo hace de septiembre un mes especial. Al principio siempre cuesta, desde la llegada a crear esas rutinas tan importantes para los pequeños. A todos nos cuesta mucho empezar a coger el ritmo. Estamos muy contentos, porque hoy viernes, 29 de Septiembre, echamos la vista atrás de estas primeras cuatro semana de curso y podemos decir que lo hemos superado.
Los primeros días todos estos nuevos momentos cuestan, porque las rutinas hay que hacerlas con mucho cariño y mucha dedicación, individualmente con cada niño. Tienen que por su experiencia de estos días querer hacer las cosas, y que ellos mismos sepan que ellos son lo más importantes para nosotros.
Es un gusto ver, como llega el momento de la asamblea, las comidas o las siestas y los peques, como ya saben lo que es, lo conocen, les resulta familiar. Así fomentamos su seguridad y hace que todo sea muy fácil. Hemos pasado de esos lloros y preocupaciones iniciales a un ambiente de confianza. ¿Y en que se traduce? En que los peques quieren hacer cosas, comen mejor y juegan sin preocuparse de nada más que en pasarlo bien, en estar atentos en lo que hacen sus compañeros, en los juegos y en todo lo relacionado con su entorno.
Así esta semana han podido disfrutar con cada una de las actividades que hemos hecho. Como hemos ido contando a los padres por medio de nuestra agenda digital ;D
(que al principio nos ha costado, pero ya está implementada y cada vez la sacaremos más juego) hemos podido disfrutar de mucho de cada jornada.
Mucho juego, muchos cuentos. Juego libre, juego heurístico, juego no dirigido. En pintura, igual, desde dibujo más dirigido con plantillas guiadas y lapis tradicionales, a juegos diferentes, de dibujo libre con utensilios libres, tenedores, manos… todo lo que haga falta para que cada niño, con su cabeza haya dibujado como y lo que quisiera.
La cabeza de cada niño es diferente, no creemos que haya que dirigirla todos en el mismo camino, sino ayudarles a expresarle como cada uno quiera.
Este primer mes, nos hemos apoyado sobre todo en eso, en conocernos, en saber las 2 o 3 rutinas diarias, para así su espacio de seguridad, sus rutinas tan importantes, les generen seguidad en si mismos, sin importar la edad, ya que con 1 año o con 3, esa seguridad en nosotros mismos es fundamental para todo, desde relacionarse y ser expresivos, como para estar tranquilos y felices.
Lo hemos conseguido. Y octubre promete. Seguro que disfrutaremos mucho del jardín, los más pequeños también. Y con la llegada del otoño, podremos hacer talleres fuera, recoger hojas, jugar con texturas y disfrutar de algo tan sencillo e importante como el día a día, sin otra preocupación que ser felices.