Que bien lo hemos pasado con un día tan especial como «la granja viene a Piquio». El día amanecía soleado, cielo azul y la temperatura primaveral auspiciaba un día de granja estupendo. Y así ha sido.
Primero los peques de 1 a 2 años con sus profes. El primer contacto es de cautela y sorpresa. Al ser los más pequeños de la escuela, empezamos con los animalitos pequeños y tranquilos. Una de las gallinas ha puesto un huevo delante mientras esperaba ;D sorpresa y primera excusa para preguntar a los mayores que fue primero, el huevo o la gallina.
Es la hora de comer, con lo que las zanahorias y los cereales pasan a las manos de los niños. Hay niños más valientes y más recatados, pero al final todos dan de comer a las «fieras». Los animales más listos como los corderos o los conejos se llevan la comida de los más lentos. Al final, todos los niños disfrutan, ya tienen el entorno controlado, con lo que jugamos hasta que las fuerzas piden la comida. Dejamos paso a los mayores de Piquio.
Miradas desde la clase, mira un caballo dice Nicolas, refiriéndose al pony. El ambiente está controlado desde el principio, nadie se asusta, ni cuando la lechuza salta a volar. Vemos la gallina y su huevo, hablamos de cuantos años tendrá la tortuga… ¿Más o menos que Yurena? Las cabras intentan comerse los sombreros de paja de los niños. Damos de comer a los conejos y las chinchillas. ¿Que ruido mas raro hace el cerdo?. Miran recelosos si acercarse o no, pero al final, todos quieren mirar, tocar y dar de comer a todos los animales.
Una mañana fenomenal, con momentos geniales, que se llevan los niños, estos recuerdos, estos días son los que hacen base en el interior de los peques. Juegan, huelen, tocan, sienten y aprenden.
Más carreras, mas alegrías y a comer.
Ya estamos pensando en la siguiente jornada especial que nos espera. Nos encanta cada minuto.